Cuentan los amputados, que a pesar de faltarles un miembro, muchas veces sienten que les duele, que les pica, e incluso tratan moverlo, aunque ya no haya nada físico ni tangible que puedan sentir y mucho menos tocar...
No deja de ser una sensación curiosa, eso de echar en falta algo que siempre has tenido, sin que necesariamente sea una extremidad, algo tan cotidiano y habitual que, en el momento en que te falta, no terminas de acostumbrarte a su pérdida..
Me comentan las viudas y viudos, que muchas veces ponen el plato para sus difuntos, o recuerdan que el filete lo querían poco hecho, y se ponen manos a la obra, sin percatarse hasta el final, de que ya no hay nadie para comérselo..
Mi ex marido me llama a menudo, hablamos y hablamos como en los viejos tiempos, compartimos recuerdos y añoranzas y casi sin darnos cuenta, metemos un -sí, cariño o no cariño..-para aseverar o negar tal o cual afirmación.., y cuando esto ocurre ..., siento el dolor, siento el picor, siento el amor de antaño...pero al abrir los ojos...me doy cuenta de que el miembro está totalmente amputado.
Bienvenidos a mi planeta...
Hace 14 años
Es la primera vez que visito tu blog. Lo hice por el premio que te otorgó desdelpicu. Era asidua lectora de la menor idea también.
ResponderEliminarEsta entrada me pegó re fuerte. En los más de un sentido. Gracias por esto.
Besos. Volveré.
Gracias Patty, yo también te conocí a través de Jose Luis, y me alegra mucho comprobar que, a pesar de que parece que escribo para mi misma, alguien más comprende..
ResponderEliminarUn beso.