CUANDO NO ME VEÍA NADIE

lunes, 6 de junio de 2011

El placer de la tortura...

La tortura,autoinflingida, debo aclarar...tiene algo de placentero...sino no se explica esta costumbre mía de torturarme una y otra vez incidiendo en las viejas heridas...
Quizás esta desviación mía, viene de cuando era pequeña, no había cosa que me gustase más que, cuando se me movía un diente, tocarlo suavemente con la lengua, sintiendo el dulce dolor que eso me provocaba..
En ese caso era un dolor totalmente físico, que me provocaba un extraño placer infantil...
Ahora,que soy adulta, es un dolor emocional..., cada cierto tiempo , hago memoria y rescato parte de mi colección de daños (tengo de muchas clases y muy variados)..,y como si de la limpieza de un viejo trastero se tratase, los recupero uno a uno, con sumo cuidado elimino el polvo del olvido que les cubre, y vuelvo a sentirlos tan tan vívidos...que me transportan a tiempos pasados, y disfruto de mi dolor,fresco, puro y casi casi infinito... hasta hartarme por los cuatro costados...
He vuelto a hacerlo, he vuelto a torturarme, he vuelto a sentir rabia, impotencia, en incluso un poco de llanto...pero tengo que reconocer que ...cada vez disfruto menos...y aún así, lo sigo buscando.
No se si lo mío está diagnosticado, no se siquiera si tiene nombre, y como tal pueda serme curado...sólo se que si tuviese una memoria más mala, estoy segura de que lo vería todo todo... mucho más claro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenidos habitantes de otros planetas...