Me estoy dando cuenta de que pertenezco a ese nutrido grupo de mujeres, a las cuales les cuesta mucho trabajo decir que no..., y esta circunstancia, además de provocar que esté suscrita al círculo de lectores ( lo cual no me importa del todo, porque me gusta leer), supone más inconvenientes que ventajas...
El no saber decir un no, a tiempo, hace que siempre te sientas, de alguna manera frustrada...
Haciendo memoria, me doy cuenta de que siempre fui una niña sumisa, alguien que al final siempre hacía lo que los mayores le decían..., mi madre jamás tuvo que preocuparse ..., siempre fui por la línea recta, siempre haciendo exactamente lo que de mi se esperaba, sin pararme a pensar en que era lo que yo realmente deseaba...
El otro día me pasó una situación, que me hizo poner los pelos de punta, estando en unos grandes almacenes con mis hijas, mi madre se ofreció a comprarles unos peluches, y se dirigió directa a dos ositos bastante ñoños, uno azúl y otro rosa, enseñándoselos a las niñas y esperando que ellas saltasen de alegria...
Mi hija mayor, cogió el osito rosa..., pero mi hija pequeña dijo que no quería ese osito, quería un cocodrilo verde y feo, que a mi madre nada más verlo, le horrorizó...
Mi hija mayor se quedó con el osito, la pequeña erre que erre, que no quería otra cosa más que el cocodrilo..., con el cual al final se quedó...
Pasaron los días y observo como el cocodrilo es fuente de dicha para las dos, mientras el osito rosa, vive arrinconado en una esquina de la habitación..., llamo a mi hija mayor y le pregunto...¿a ti te gusta el osito?? y al final confiesa que no..pero al ver lo mucho que le gustaba a su abuela, terminó por escogerlo, para conseguir su aprobación.
No os podeis imaginar que escalofrío me recorrió por la espalda, sólo pensar que ella, siga mi mismo camino,que se pase la vida haciendo lo que los demás esperan , y no lo que realmente desee me llenó de congoja ...y os puedo jurar, que voy a velar muy mucho porque cambie de actitud, porque sino se que todo lo que va a conseguir, serán desdichas...
De todas formas , pienso que nunca es demasiado tarde, ahora, a mis 36 años, y después de haber dicho un no, rotundo a la vida que los demás habían escogido que viviera..., estoy empezando a aprender lo gratificante que es negarte a ser una marioneta...
Sí, como dice el anuncio del Ikea...realmente tengo derecho a mi fiesta...
Bienvenidos a mi planeta...
Hace 14 años
Yo creo que tu hija y vos pueden cambiarlo. A la peque, ayudándola a que se acostumbre a escoger según su criterio. Y vos, eligiendo a sabiendas que elegir implica comprometerse.
ResponderEliminarBesos!
Ay Marcelo! ¿pero por qué no vivirás más cerquita? eres como mi oráculo particular...ja ja ja!!!
EliminarUn beso enormeeeeeeeeeeeeee